Hace tiempo, como director del Departamento de Comunicación, creé una campaña para nuestra iglesia (Iglesia Evangélica Española). El eslogan era sencillo: “Sumar no restar”. Espíritu IEE: una iglesia abierta, diversa, unida y cristiana.
Pues bien en el LXXIV Sínodo General de la Iglesia Evangélica Española (IEE), celebrado hace una par de semanas en Palma de Mallorca, vi el eslogan que ideé encarnado en el ambiente que se respiró durante el sínodo. Palpé el espíritu IEE: Sumamos, no restamos.
Sumamos apertura. Apertura a los signos de los tiempos a fin de llegar a nuestros conciudadanos con el anuncio del Cristo Resucitado a la luz de la realidad social del siglo XXI.
Sumamos diversidad. Somos una iglesia diversa, conformada por comunidades con diferentes sensibilidades que fueron claramente visibles durante nuestro encuentro. Pero capaces de escucharnos los unos a los otros, capaces de dialogar en un espíritu cristiano.
Sumamos unidad. Diferentes sensibilidades unidas en un proyecto evangelizador común y caminando al unísono (sinodalidad). Unidad constatada a través del compañerismo de unos con otros. Compañerismo empapado de la alegría que produce la recepción y el compromiso con el Evangelio.
Sumamos en Cristo. Somos una iglesia cristiana, ya que nuestro único fundamento es la Palabra encarnada en Cristo. Sobre ella / Él construimos iglesia, construimos comunidad, construimos, en el poder del Espíritu de Cristo, esperanza. En medio de nuestras reconocidas debilidades, seguimos escuchando la Palabra de Cristo diciéndonos: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad» (2Cor 12:9). Nos basta pues, para continuar nuestro camino como iglesia, la gracia y el poder de Cristo resucitado. Amén
Ignacio Simal Camps, pastor de l’Església Evangélica Betel – Església Evangèiica de Catalunya – IEE
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